A todos nos ocurrió en la secundaria que algún profesor nos pidiera un "trabajo de investigacion" sobre tal o cual tema, y muchos de nosotros nos limitabamos a recaudar mucha información, mecanografiarla y ponerla engargolada con una portada bonita, "ahi esta mi trabajo profesor", pero todos sabemos que eso no es lo que el profe tenía en mente, sabemos que presentar un trabajo de investigación implica tener un tema, una línea a seguir, un planteamiento a desarrollar, un marco teórico de donde partir, una serie de fuentes de donde nutrirse, un desarrollo y finalmente una conclusión. Un verdadero documental también debe cumplir ciertas características, al igual que aquellos sencillos trabajos que nos dejaban en la escuela, no es posible limitarse como documentalista a levantar imágenes y testimonios, y luego ir a editarlos intercalando escenas referentes a uno y otro personaje, unir los pedazos, ponerle un título bonito, música y créditos, en el documental hay que ir más allá, me gustan los trabajos en los cuales vemos la mano del autor, proponiendo, debatiendo, demostrando y mostrando, concluyendo, conmoviendo, EL ARBOL OLVIDADO no es el caso, para mí, se queda en "trabajo de secundaria", cuando tenemos en México "trabajos de maestría" como Mi vida dentro y Bajo Juárez, o en el extranjero "trabajos de doctorado" como Fahrenheit 9/11 o La corporación. Ver un documental no debe ser equiparable a hojear una revista o un catálogo, la imagen debe usarse para transmitir ideas concretas, ver un documental debe ser equiparable a leer un buen libro y comentarlo con eruditos.
A todos nos ocurrió en la secundaria que algún profesor nos pidiera un "trabajo de investigacion" sobre tal o cual tema, y muchos de nosotros nos limitabamos a recaudar mucha información, mecanografiarla y ponerla engargolada con una portada bonita, "ahi esta mi trabajo profesor", pero todos sabemos que eso no es lo que el profe tenía en mente, sabemos que presentar un trabajo de investigación implica tener un tema, una línea a seguir, un planteamiento a desarrollar, un marco teórico de donde partir, una serie de fuentes de donde nutrirse, un desarrollo y finalmente una conclusión. Un verdadero documental también debe cumplir ciertas características, al igual que aquellos sencillos trabajos que nos dejaban en la escuela, no es posible limitarse como documentalista a levantar imágenes y testimonios, y luego ir a editarlos intercalando escenas referentes a uno y otro personaje, unir los pedazos, ponerle un título bonito, música y créditos, en el documental hay que ir más allá, me gustan los trabajos en los cuales vemos la mano del autor, proponiendo, debatiendo, demostrando y mostrando, concluyendo, conmoviendo, EL ARBOL OLVIDADO no es el caso, para mí, se queda en "trabajo de secundaria", cuando tenemos en México "trabajos de maestría" como Mi vida dentro y Bajo Juárez, o en el extranjero "trabajos de doctorado" como Fahrenheit 9/11 o La corporación. Ver un documental no debe ser equiparable a hojear una revista o un catálogo, la imagen debe usarse para transmitir ideas concretas, ver un documental debe ser equiparable a leer un buen libro y comentarlo con eruditos.